Esto es lo que veo cada día cuando me levanto y el aire fresco de las mañanas austriacas me despierta. Por alguna extraña razón aquí no me cuesta tanto levantarme pronto. Me levanto todos los días sobre las ocho y en cinco minutos ya estoy totalmente despierta. Sin embargo eso en España no me pasa.
He encontrado una explicación, que en realidad el biorritmo adecuado para el cuerpo se base en que a las 8 te levantas, a las 12 comes, a las 4 se hace de noche, a las 6 estás en casa y a las 8 ya has cenado. Siempre he defendido los horarios españoles y me gustan mucho más pero no le encuentro explicación a esto de levantarse aquí, casi, con alegría. Otra posible explicación es que el espíritu trabajador de los austriacos sea contagioso, que también puede ser. Pero yo me quedo con la teoría de que en realidad es ese aire fresco de la mañana lo que te deja despierto para el resto del día...
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